domingo, 4 de enero de 2015

Mantener o no mantener...


¡he ahí la cuestión!




Ya os contaba en la entrada anterior que este año la decoración navideña me 

ha quedado un tanto alternativa... o sencilla... o nórdica... o como lo queráis 

llamar. El caso es que, un poco a la fuerza, me he alejado bastante de los

adornos clásicos en verde, rojo y dorado. Y ahora que la Navidad ya está dando 

los últimos coletazos y voy pensando, con mucha pereza, en el momento de 

retirar todos los abalorios, se me plantea un dilema:

¿Y si mantengo algunos rincones tal como están?




Este bodegón, un poco improvisado, con la rama de un almendro y 

unas bolas blancas de origami junto a la casita de zinc y algunas 

estrellas doradas es un ejemplo.

El otro sería la corona con la que decoré el ciervo de madera. Aquí.




¿Qué pensáis? 


Yo me doy de tiempo hasta después de Reyes para tomar una decisión.

¡Solo espero que de aquí a entonces no se me antoje mantener el belén!

¡¡!!




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