Cuando pensaba que ya no existía nadie en el mundo
dispuesto a desprenderse de ciertos "tesoros" y,
ni mucho menos, abandonarlos a un destino
incierto (lo que viene siendo tirarlos a la basura, vamos),
la suerte se pone de mi parte
y...
¡Voilà!
incierto (lo que viene siendo tirarlos a la basura, vamos),
la suerte se pone de mi parte
y...
¡Voilà!
¡Estoy más feliz que una perdiz!
No creo que sea necesaria, por mi parte,
una entrada dando ideas de todo lo que se puede
hacer con ellas, ya tenemos mil imágenes en mente,
¿no?
Por supuesto, lo que sí haré es enseñaros cuál es el
uso, de entre tooodas las posibilidades,
que yo les doy.
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