Como decía ayer, en estos fines de semana,
mi cabeza empieza a maquinar y va más deprisa que mis manos.
Además para tareas más técnicas, necesito "ayuda externa".
Esa "ayuda externa" tiene nombre y apellidos
y no es otro que mi "santo esposo".
¡Explotado lo tengo!
Esta lámpara es para la casilla del horno, todavía por terminar.
¡Ya queda menos!
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