Este año, como siempre, he dejado para última hora la elaboración de los
adornos navideños. Y es que por mucho que la tradición y la cantidad de ideas
disponibles en la red me lo pongan fácil, a mí hasta que no veo la Nochebuena
encima no me entra el espíritu. ¡Que me gusta correr, vaya!
Esto siempre me trae problemas porque cuando voy a buscar los materiales,
me encuentro con que casi todo se ha vendido ya y la idea que llevaba en
mente al final no se puede realizar. Ni rastro de ramas de abeto, ni de bayas, ni
de acebo. ¡Toca improvisar!
Esto es lo que encontré. Y me encanta, pero así a primera vista, navideño...
no lo veo.
Pero no me desanimé y si de corona se trataba... corona es lo que tendríamos.
Al final, éste es el resultado de tanta improvisación.
¿Qué os parece?
Ahora la cuestión era dónde colocarla.
Como tenemos nuevo miembro en la familia (aún por bautizar), se
nos ocurrió adornarlo como se merece...
La verdad es que no sé qué pensará él...pero yo estoy encantada con esta
Navidad "poco tradicional" que nos ha quedado.