Porque yo lo valgo.
Se trata de la más alta distinción
otorgada por la Ilustrísima Real Orden
del Moustache.
Sobra explicar los méritos
que me han hecho merecedora de tal honor.
Ya adelanté algo aquí hace un tiempo.
Y no es una,
sino dos.
Pero que nadie piense
que son las únicas medallas que tengo.
Yo me autocondecoro a la mínima.
Aquí una muestra de mis otros galardones.
No lo olvidéis,
condecoraos cada vez que creáis merecerlo.
En mi caso, por supuesto,
es SIEMPRE.
¡Faltaría más!
Broches realizados con cinta, abalorios y láminas de madera.